Juan Diego Martínez Álvarez, con apenas 19 años, se convirtió en el mexicano más joven en conquistar la cima del monte Everest (8,848 metros), la montaña más alta del mundo y uno de los retos que muchos se han propuesto y, debido al esfuerzo y difícil ascenso, pocos han podido lograrlo reclamar esa gloria.
Ya de regreso en el campamento base del Everest, Juan Diego comentó lo duro y terrible que es el ascenso: “Cada paso cuesta la vida, y a partir de los ocho mil metros de altura se empieza a sentir la muerte muy cercana, se respira en el ambiente, inclusive se convive con ella, pasando por varios cuerpos, haciendo el reto aparte de físicamente extenuante, mentalmente agotador”.
Ese fue el mensaje al mundo y a los mexicanos que con corazón y fuerza de voluntad si pueden cumplir los sueños.